La ortografía

5 11 2010

Sobre el cambio en las reglas ortográficas que ha preparado la Real Academia Española, titula así El Mundo en su edición digital:

La ‘y griega’ se convierte en
‘ye’ y ‘sólo’ pierde la tilde

Y a las 14:41, una hora muy mala, un ciudadano ‘anónimo’ comenta con estupor:

«No entiendo el titular: «La ‘y griega’ se convierte en ‘ye’ y sólo pierde el acento». ¿Dónde tenía el acento la y griega? Lo que pierde es más bien esto: griega».

Y la vida sigue…


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5 responses

6 11 2010
magerit

Señor muerto ésta tarde hemos llegado.

Señor, muerto está, tarde hemos llegado.

Cuasi, cuasi lo mesmito.

8 11 2010
un ignaro

El lema de la R.A.E., limpia, fija y dá esplendor, es sí, pero menos.
Eran los depositarios de las esencias del idioma, y ahora, sí pero menos.
Los miembros de la R.A.E. antes eran doctos y reconocidos filólogos
renombrados escritores, y algún que otro componente del ámbito cultural. Pero ahora aprovechando que se abrió la veda e ignomino-siamente utilizando, ignoro que exigencias son necesarias para la nominación de los nuevos miembros, que lo son, sí pero menos.
Lo que está claro es que a los guardianes de la pureza del idioma, que se utiliza desde hace siglos, y lo hablan mas de 500 millones de personas, les han pillado con el carrito del «helao», son guardianes, si, pero menos.
Me pregunto si cambiarán los dos sillones con la consiguiente deno-minación, YE (mayúscula) y ye(minúscula), si, pero menos.
Supongo que con las tildes, éstas mentes preclaras se han ganado
todos los parabienes de los afectados por el «virus» de la LOGSE.

1 Sí, pero menos !

D. Fernándo Lázaro Carreter los hubiera expulsado del templo, como JESUS a los fariséos.

8 11 2010
otro

¡ Ay… San Millán de la Cogolla !

9 11 2010
nikki ramonne

No sé el porqué pero leyendo la contestación me ha recordado al chiste de Eugenio:

«Dos amigos, uno le dice a otro:

– Vi un anuncio de una señora que enseñaba el búlgaro. Fui, y era un idioma…»

9 11 2010
ornat

Precisamente ese era el sentido de la anécdota descrita por el titular y el comentario. La incapacidad para entenderse, para comunicarse. Posibilidad todavía más graciosa (o patética) por el hecho de que la noticia habla de los cambios ortográficos y de la dificultad que suponen para interpretar contextos: a tal punto que el lector no se da cuenta y ya confunde, de antemano, ‘sólo’ por ‘solo’, olvida las comillas e incurre en el diálogo de besugos.

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