Micah según Micah

17 12 2010

Micah Paul Hinson, un tío con clase, de acuerdo a su idea del concepto.

Primero las palabras:

«Me llamo Micah P. Hinson… A pesar de lo que todo el mundo cree, no es Michael, sino Micah. No tiene nada que ver. En Wikipedia se empeñaron en poner Michael, pero ¿a quién cojones le importa lo que dice Wikipedia? Son unos imbéciles que se pasan el tiempo delante del puto ordenador y los video-juegos. Que les den por el culo, soplapollas…».

«Estoy aprovechando para fumar dentro del teatro, ya que por lo visto el gobierno va a prohibir hacerlo en poco tiempo. Hijos de puta… ¿Desde cuándo los gobiernos deciden qué podemos y qué no podemos hacer con nuestras vidas? Ya no se puede beber, ya no se puede fumar en ningún lado. Los mamones han creado una sociedad jodidamente vulgar. Ya no hay clase».

«A toda esa gente que cuchichea durante las canciones… La verdad, no sé para qué pagáis una entrada si luego os dedicáis a pasar el tiempo hablando con vuestros amigos. No sé cuál es el precio de la entrada, pero yo no tengo ningún amigo que valga lo suficiente como para tirar el dinero que he pagado hablando con él. Puede que no os guste lo que estoy tocando, pero me importa una mierda… Por mí podéis seguir hablando todo lo que queráis. En realidad lo digo por toda esa gente que haya venido a ver el concierto y quiera escuchar las canciones, si es que saben lo que estoy tocando: por favor, hacedlo por respeto. ¿Qué dicen esos tipos de ahí? En fin, no sé, no entiendo lo que dicen, no me importa».

«Esta señorita que está sentada en los teclados es mi esposa, Ashley Bryn Gregory. Hay dos tipos de personas… en realidad hay dos tipos de relaciones de pareja. Una es la habitual, esa en la que una de las dos partes de la pareja se pasa el tiempo tratando de cambiar los hábitos del otro: te dice lo que tienes que hacer, lo que le gusta a ella, se pasa el tiempo pendiente de si bajas o no la tapa del retrete… Y luego están esas otras personas que te quieren exactamente como eres, que no tratan de esconder todos tus putos defectos ni de convertirte en lo que a ellas les gustaría que fueras. Ella pertenece al segundo tipo, desde luego. Ha sido un ángel para mí y seguramente sin ella a su lado yo estaría ahora mismo mucho más cerca de la muerte de lo que estoy».

[Micah P. Hinson detesta a Barack Obama. Está en contra de la reforma de la sanidad estadounidense y considera que el presidente es sólo «una celebridad, un famoso» que ha ocupado la Casa Blanca. Prefería a Bush Jr., aunque sin excesos: «Con él -ha dicho- sabíamos qué tipo de locuras nos aguardaban. Con Obama no tenemos ni idea. No creo que posea el criterio necesario para ser presidente. Ya sé que le legaron un bocadillo de mierda, pero también a Bush y a Clinton y a Reagan y a Lincoln y al puto George Washington. Ya sé que, seguramente, vamos de mal en peor desde Clinton, los Bush y demás, pero lo que hace Obama es convertir Estados Unidos en un país socialista: si por ahí hay países que quieren ser socialistas, adelante, que lo sean… pero América no es eso». Estas declaraciones, hechas a una revista londinense, provocaron que se le considerara republicano. Una posibilidad abyecta que Micah refutó en su estilo: «No soy un puto demócrata ni soy un sucio republicano. Defiendo los derechos de la gente, pero ni soy socialista ni comunista. Soy un firme defensor del Sueño Americano, del Alma Humana: y estoy radicalmente en contra de la tolerancia. ¿Si se trata de que Obama es negro? No, no se trata de eso. Puede ser negro, puede ser de color púrpura… Me da igual si es verde y tiene nueve ojos y tres ombligos. Me importa una mierda si dispara fuego con la polla: aunque, la verdad, eso sería impresionante. No me importa: se trata de que es una extraña celebridad y no me interesa alguien así, con su mujer todos los días en la revista Vogue, dirigiendo el país»].

Luego, las canciones:

«Se dice que nadie te hallará / bajo las piedras o un esqueleto hecho pedazos / Yo declaro que me hallarán bajo una rosa… / solo».

«¿Qué ves cuando duermes,  / Un millón de estrellas a las que pedir deseos / o sólo a mí? / Y ella, oh, me habló con tanta suavidad / mientras nos perdíamos hacia el sueño».

«Amor /, puedes venir a mi casa / contra toda esperanza y sentido de la decencia, / Cariño, quítate ese vestido para mí / contra toda esperanza y sentido de la dignidad. / Cariño, puedes enamorarte de mí / puedes venir a mi lado / contra toda la esperanza y el orgullo de la humanidad… / Y el mundo sigue girando, gira y gira / pero a mí ya no me importa».

«Se me está acabando la paciencia / para andar jodiendo con esto ahora / Será mejor que me creas cuando digo esto. / Se me acaba la paciencia / de andar jodiendo contigo / Mejor que te lo creas ahora que lo digo. / Voy a hacer mi bolsa / Y me largo. / Mejor me buscas cuando tengas algo más que decir».

«Cuando nos abrazábamos / no podíamos ver el futuro que se balanceaba frente a nosotros / Ahora es pasado, tan lejano que ni alcanzamos a verlo / Entonces quedaba algo entre nosotros / Supongo que ya no existe…»

[A los 20 años, Micah P. Hinson, descendiente de los indios Chickasaw, residente en Abilene, Texas, se enamoró de una modelo cuyo marido acababa de morir de una sobredosis. Juntos recorrieron todos los estadios de la adicción, incluidas la carnal, la química y la sentimental, en conveniente desorden. Hasta que un día la mujer, unos años mayor que él, lo abandonó. Por aquellos días, Hinson sirvió una pena en prisión por falsificar recetas para colocarse con pastillas, se quedó literalmente en la calle y había empeñado o vendido todo su equipo como alimento de su toxicomanía. Lo salvó el contrato de edición de su álbum ‘Micah P. Hinson and The Opera Circuit’. Algún tiempo después conoció a Ashley Bryn Gregory, terapeuta, alumna de su padre en la universidad, descendiente ella de otro pueblo indio, los Chocsaw, en una fiesta en casa del progenitor. La llevó a un festival de música en Texas, le dejó leer los borradores de lo que hoy es su libro ‘You Can Dress Me Up, But You’re Not Gonna Take Me Out’, publicado en español antes que en su idioma original, bajo el título ‘No Voy a Salir de Aquí’ (!) y  le propuso matrimonio al final de un concierto en el Union Chapel de Islington, Londres. Sacándola al escenario, recuperó un anillo del bolsillo trasero de su vaquero y se arrodilló ante ella. Ashley aceptó: «She said yes, everybody!» anunció a la audiencia Micah. Ahora le enseña a tocar los teclados: hubo un delicado momento de amor este jueves, cuando ella fue incapaz de seguir correctamente los acordes de un tema en el cambio de compás. Micah detuvo la actuación, habló con ella, le indicó varias veces cómo hacerlo. Volvieron a empezar. De nuevo le dio instrucciones: se quedó a su lado hasta que ella pudo completar su parte y, sólo después, permitió que comenzara de nuevo la canción. Merece la pena anotar que Ashley ha aprendido a leer música, pero apenas sabe tocar un instrumento; su marido, al contrario, puede interpretar varios instrumentos, pero no sabe leer música].

Por fin, la música

Micah P. Hinson regresó a Zaragoza y dio un concierto en la Oasis en tres partes: primero y al final, enmarcado de manera excelente por la música de Tachenko («España es el único país en el que la gente viene a mis conciertos todas las noches, así que me puedo permitir una banda»). Luego con un ejercicio de desnudo virtuosismo, en el que se dedicó a caminar por la cuerda floja en un aparte acústico, con interpretaciones minimalistas de sus hermosos temas, un poco a la manera de su arriesgado disco All Dressed Up and Smelling of Strangers. Igual que en ese doble volumen, a veces un poco Dylan, un poco Denver o Guthrie o Cash, otras algo Cohen. Sin importarle la reacción de la audiencia (como refleja el discurso de arriba), se dedicó al equilibrismo de la voz y los mínimos subrayados de la guitarra, y a cantar con un cigarrillo emboquillado en la comisura de los labios, y a repartir esas diatribas suyas, pespunteadas de insultos, sarcasmos y juramentos, que componen su precaria pero vehemente filosofía vital. Verlo fue un extraño placer, como siempre. Como aquella otra vez en que vino a Las Playas, y de la que ya hablamos


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5 responses

19 12 2010
Micah P. Hinson (Vigo, 18-12-2010) « The Hummingbird's branch

[…] La relación de Micah P. Hinson con las mujeres es bastante recurrente en la composición gráfica de sus discos, y en sus canciones. Sin duda, es un personaje interesante, como ha demostrado en muchas entrevistas. En la Rolling Stone de este mes (Diciembre, 2010) hay una, y también en RockDeluxe, debido a la reciente publicación en España (antes que en EE.UU.) de su libro No voy a salir de aquí (You can dress me up, but you’re not taking me out). También fue invitado al programa de Andreu Buenafuente en Junio de este año, y ya que estoy os dejo un link al interesante post acerca de él en Somniloquios. […]

21 12 2010
Sr. Guerra

“Estoy aprovechando para fumar dentro del teatro, ya que por lo visto el gobierno va a prohibir hacerlo en poco tiempo. Hijos de puta… ¿Desde cuándo los gobiernos deciden qué podemos y qué no podemos hacer con nuestras vidas? Ya no se puede beber, ya no se puede fumar en ningún lado. Los mamones han creado una sociedad jodidamente vulgar. Ya no hay clase”.
No estoy de acuerdo. Para mí hay al menos 2 clases: los políticos y todos los demás. Y hasta que no los «encorramos a gorrazos», no se van a dar por aludidos. Ni los unos ni los otros…

25 12 2010
Sergio

Has conseguido que, al fin, venza cierta pereza mental, debida a un noséqué… y me lance en brazos de este tipo.

25 12 2010
ornat

Ojo cómo se lanza usted y en brazos de quién… éste tiene pinta de ser de los que se apartan en el ‘churrová’. Es de los nuestros querámoslo o no.

26 12 2010
Jorge

Qué pobres son los argumentos de los
fumadores, sin duda, el colectivo
más egoísta que conozco.

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